lunes, 13 de julio de 2015

Blade, padre de familia


Hay una regla no escrita dentro de los macrouniversos superheroicos longevos Marvel o DC, según la cual a todo personaje con más de 35 con una trayectoria asentada tiene uno o más hijos secretos que aparecerán oportunamente según la editorial necesite llamar la atención con él. Imagen del lado más culebronesco del género, ilustres como Magneto, Charles Xavier, Batman, Lobezno, el Capitán Marvel, Banshee, Nick Furia o Loki han aportado su semillita a esta prolífica tradición reproductiva a la que ahora se incorpora uno de los más irreductibles macarras de la editorial: Blade. Anunciada como parte de la iniciativa All-New All-Different Marvel, a el que ha visto la luz le tocará pegarle un ojo también a las responsabilidades parentales, en una nueva serie a cargo de Tim Seeley y el dibujante de 'Oh Killstrike' Logan Faerber para uno de los personajes con las trayectorias más erráticas de la editorial.

Con cerca de ochenta y nueve años a sus espaldas y un Wesley Snipes al que se le notan ya los años, que el dhampiro londinense más reclamado en las raves de toda Europa debería dejar atrás la vida nocturna para seguir los pasos de Ulysses Bloodstone, comenzaba a verse venir desde que Marvel presentó un teaser con una misteriosa versión femenina del personaje. Fruto de un affair con la séptima temporada de 'Buffy Cazavampiros', el Nikki Wood de Marvel ha encontrado a su Robin en la forma de Fallon Grey, una popular y talentosa alumna de instituto con un brillante futuro por delante, que de repente se ve atrapada en el interminable carrusel de monstruos y chupasangres en que habitualmente suele andar ocupado su padre.


Una cruzada que se remonta a los días de 'La Tumba de Drácula' de Marv Wolfman y Gene Colan, cuando Blade se enfrentara contra el señor de los vampiros con la pérdida de su madre como trauma y motivación personal. Abriéndose paso a estacazos entre los cuerpo vampiros junto a otros ilustres del gremio como Quincy Harker o Rachel van Helsing, aquel hijo de los barrios bajos de Londres que fue criado en un prostíbulo y entrenado por el trompetista de jazz de Harlem Jamal Afari era la exaltación del espíritu más desafiante, funkie y fardón del blaxploitation de los setenta.

Siempre tras la pista del asesino de su madre Deacon Frost mientras se enfrentaba temerariamente a los más peligrosos clanes de nosferatu con sus gafas de filtro y su chaqueta Brewster de color marrón, desapareció del mapa junto a otros ilustres como Hannibal King o Frank Drake llegados los ochenta, limitando sus apariciones a poner fin de un plumazo con todos los vampiros a través de la fórmula Montesi en las páginas del Doctor Extraño. Pero mala hierba nunca muere, y Blade terminó regresando junto a sus sangrientas presas / enemigos, cambiando de vestuario por el combo de cuero negro con pinchos con el que muchos lo conocimos en la serie de Spider-Man de los noventa. 


Eran los días de los Nightstalkers e Hijos de Medianoche en los que Marvel empleó toda su maquinaria en reivindicar el lado más macabro y Wes Craven de su parcela sobrenatural, aliando a Blade con los Motoristas Fantasmas y Morbius. El género estaba de moda y Marvel flirteaba con la posibilidad de llevar a Blade al cine con LL Cool J como protagonista. Así que decidió darle serie propia a cargo de gente como Ian Edginton, Daniel G. Chichester o Terry Kavannagh, hasta que la editorial se pegó el batacazo del siglo volviendo a desterrar a toda esa caterva de dienteslargos al olvido.

Todos salvo Blade, quien había encontrado la puerta al cine a través del trinomio New Line Cinema, David S. Goyer y Wesley Snipes, alimentando con su sangre el inicio de la era de las películas de superhéroes. El éxito fue tal, que la imagen del Blade de las películas desterró a la de los cómics, otorgándole el título de El que ha visto la luz, a través del mojo científico de Morbius. Con nuevos poderes hasta en las Ray-bans, el personaje concatenaría varias colecciones a cargo de Christopher Golden, Marc Andreyko, Don McGregor, Bart Sears, Christopher Hings y Steve Pugh, Robert Rodi y Bruce Jones o Marc Guggenheim y Howard Chaykin, en las que lo mismo se enfrentaba al Segador junto al clan Silvereye, que era seducido por una reina vampiresa que buscaba descendencia o retomaba la caza de Drácula junto a un nuevo batallón de caza-vampiros encabezado por Divinity Drake y Noah van Helsing. 


Eso cuando no andaba perdiendo manos tras descubrir que su padre biológico también era vampiro o la liaba parda tratando de “curar” a sus letales enemigos para acabar devolviendo a la vida a todo nosferatu que hubiera muerto a lo largo de la Historia. Aquello y el hundimiento de su franquicia cinematográfica fue suficiente para retirarse del mercado autónomo durante una buena temporada, iniciando una etapa en la que comenzó a prestar servicios a grupos como Vanguard en 'Marvel Comics Present', Capitán Britania y el MI: 13, los X-Men -en una suerte de subcontrata-, los Ultimates o Poderosos Vengadores.

Un periodo repleto de idas y venidas en la que demostró ser algo más que un macarra de estaca fácil, ofreciendo asistencia en cuestiones sobrenaturales a diferentes organizaciones y gobiernos, sin perder oportunidad de volver a su Inglaterra natal y repartir amor en brazos de una vampiro también entrada en años (Lady Jacqueline Falsworth, aka Spitfire). Ayudando a los mutantes con sus problemas de infestación internas a raíz de la mayor alianza de vampiros jamás forjada -sin llevarse consigo a la chupasangres Júbilo, como tampoco se llevó al succubo esposa de Masacre Shiklah-, no cabe duda de Blade se ha ablandado con los años por mucha batallita que prestase a los Deathwalkers, y tocaba sentar la cabeza reencontrarse con hija de la que -en la vida- habíamos tenido ningún tipo de mención. 


Aspirante a padre ausente del año tras décadas de orgías de sangre en locales underground de todo el mundo, Blade se encuentra una hija que ha heredado su carácter, con una personalidad diametralmente opuesta. A cargo, un Tim Seeley que también tiene pasado antes de ser el aclamado guionista de 'Nightwing', y que se labró un nombre con el delirio en honor del cine de terror más roña que fue 'Hack / Slash'. Ahora promete reinventar la parcela del horror del universo Marvel con propuestas más allá de los eternos vampiros, y tiene al experto en la sátira de los desmadres de los noventa Logan Faerber. Una propuesta a la que conviene tenerle el ojo puesto en este regreso de Blade e hija, y de la que hablan los compañeros de Zona Negativa en su cobertura de la SDCC con algo más de información sobre lo que podremos esperar de esta Fallon Grey. 


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