lunes, 20 de julio de 2015

Detective Marciano, la Liga de un solo hombre


Nunca pensé que llegaría a afirmar esto, pero a J'onn J'onzz le ha venido bien quedarse fuera de La Liga de la Justicia. Miembro histórico del grupo de superhéroes por antonomasia de DC Comics, a pesar de que Cyborg esta lejos -todavía- de ser un suplente a la altura de su legado, el Detective Marciano llevaba demasiados años encasillado en un rol que ya olía a viejo desde la cancelación desde mucho antes de Star Trek. Porque hubo un tiempo en el que todos los grupos -de superhéroes, de amigos, música o deportivo- tenían un integrante freak y extraño que hacía las veces de Señor Spock. Esa incógnita indescifrable que camina, siempre dispuesto a sorprendernos en el momento oportuno, ya sea con una respuesta o una muestra de humanidad que nadie espera. Pero la familiaridad es la muerte del misterio, y J'onn J'onzz se había quedado tan por detrás del resto de Los Mejores del Mundo que desde hace ya tiempo no era otra cosa que la mascota de La Liga de la Justicia.

Su muerte sacrificial en 'Final Crisis' fue la mejor forma de llamar la atención a la necesidad de cerrar página para dar paso a un nuevo capítulo, y aunque desde entonces el personaje ha dado demasiados tumbos entre 'Stormwatch' y derivados de marca blanca de la Liga de la Justicia, la nueva colección del Detective Marciano de Williams y Barrows está sirviendo para -con solo dos números- recordarnos cual es el terreno en el que J'onzz mejor funciona.


A pesar de que la segunda entrega de la colección de Rob Williams peca de cierto síndrome de hasta un androide puede llorar -personajes como La Visión, el Detective o Tornado Rojo no tardaron en pasar de ser sinónimo de lo desconocido, a lo más sensiblero de sus respectivas familias-, el guionista hace bien en recordar detalles como que con Superman en el equipo, J'onzz siempre será un extraterrestre de segunda. El bueno de Clark todavía se atreverá a lanzar sermones afirmando entender lo que supone ser el último de los suyos en un mundo extraño, pero entre cómo ve el mundo al heredero de un paraíso tecnológico con la planta de un hijo un apolíneo hijo de la América rural y el marciano de piel verde y rasgos indefinidos más próximo a La Cosa de John Carpenter hay como seis o siete mundos de distancia.

Pero más allá de el que sus compañeros de la Liga de la Justicia -ni mucho menos la humanidad-vayan a mirarle nunca de la misma forma que miran a Superman, formar parte del grupo ha condenado históricamente a J'onzz a autolimitarse y nunca poder explorar del todo sus habilidades. Porque el companion nunca puede destacar más que las grandes estrellas, y -sin embargo- cada vez que el Detective Marciano ha empleado al máximo sus poderes ha sido para dejar incontestablemente claro, lo muy por encima que está incluso de gente como Flash, Wonder Woman o Superman. Personajes cuyas capacidades los elevan a dioses entre humanos, pero que en todo momento se mantienen dentro de lo físico y fácilmente comprensible. 

 
Como deja claro en la segunda entrega de su nueva serie dibujada por Eddy Barrows -a través de una de las mejores peleas de superhéroes del año-, Detective Marciano no. J'onn J'onzz juega en otra liga, encajando mejor en cualquier grupo extraño tipo Doom Patrol llevada a límites de The Authority, de lo que lo haría entre los ídolos de oro y de marfil que ejercen como imagen de DC Comics. Un Los Mejores del Mundo en el que no cabe espacio para que lo extraño ueda seguir siéndolo, y por lo que quizás está Patrulla-X de un solo hombre que es Detective Marciano siempre ha funcionado mejor mientras más marginal y más lejos esté de los superhéroes estándar.

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