miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Hombre Hormiga, las tres kryptonitas del superhéroe desempleado


Al contrario de lo que nos pueden hacer creer tipos como Iron Man o Thor, la vida de los superhéroes no siempre es tan glamurosa como la pintan. Especialmente cuando tu superpoder consiste en volverte insignificantemente pequeño y eres un bienechor de mediana edad, divorciado y padre de familia, que no ha conseguido nada demasiado relevante más allá de una hija de la que te sientes orgulloso. Esa es una de las situaciones de la que parte la nueva colección de El Hombre Hormiga, introduciéndonos en el día a día de Scott Lang, como una especie de tragicomedia de aventuras a cargo de Nick Spencer y Ramon Rosanas.
Al borde de usar el género como una disparatada versión enmascarada de la crisis de los cuarenta, el guionista de 'Enemigos Superiores de Spider-Man' pone a Lang a buscar trabajo. Como es lógico, Scott se presenta a la entrevista laborarl disfrazado como el Hombre Hormiga. Como todo el mundo sabe, no hay manera más sensata de deslumbrar a un contratrante que con un flamante pijama de superhéroe.


Parte de la disparatada hiperrealidad con la que Spencer rodea al personaje, entre las sutiles perlas de lucidez del número de presentación incluido en 'Segundas Oportunidades' he de confesarme muy fan del singular método Gronholm por el que tiene que atravesar Lang. Optando por el mismo puesto que El Hombre Hormiga, encontramos otros superhéroes o personajes ligados al mundo de los enmascarados como Prodigio, Victor Mancha o la nueva Escarabajo. No tienen nada en común más allá de que por edad podrían ser los hijos de un Lang de treinta y muchos -y cuyo currículum no necesita de partículas Pym para viajar a lomos de una hormiga-, pero a la vez son la peor pesadilla para cualquiera que alguna vez se haya visto en la misma situación que el protagonista.

Relatando a través de su monólogo interno la humillación que supone verse en esta tesitura, más allá del reluciente casco molón y el mono de superhéroe a juego, Lang encarna las pequeñas miserias cotidianas que todos al que le hayan caído los años con una expectativas demasiado poco realistas de su propio futuro. Con el entusiasmo del optimismo inconsciente como única arma, hasta el más curtido puede venirse abajo compitiendo por un puesto laboral contra un licenciado versado en lo último en tecnología (Victor Mancha), un licenciado con más cualificación de lo que pensabas podría lograrse en cien vidas (Prodigio) y alguien mucho más atractivo que tú (la nueva Escarabajo).


Los tres principales pesadillas para cualquier superhéroe desempleado en busca de trabajo, forma de uno de los cyborgs más avanzados del mundo y su habilidad para comunicarse con las máquinas, un X-Men que atesora el conocimiento de todo el que haya pasado por el Instituto Xavier y una ex-villana amoral versada en leyes. Por separado o todos juntos, es el tipo de situación cotidiana en la que cualquiera tendríamos todas las papeletas de sentirse pequeño. Y cuando hablamos de sentirse pequeño, nadie está más preparado que el Hombre Hormiga.

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