domingo, 20 de septiembre de 2015

Prez contra Arturo Pérez Reverte


Hace escasos días, las redes se inundaron de enlaces a un artículo de Arturo Pérez Reverte bajo el título de 'Los Godos del Emperador Valente'. Como buena parte de lo que viene del periodista, académico, escritor y corresponsal de guerra -ya es más vida de la que yo podré sumar en cuatro-, tenía grandes ideas como esa necesidad de formar a gente que pelee por lo que cree. Los corderos etiquetados de carnes blandas a los que guiar mansamente al matadero son carne para hoy hambruna para mañana, en manos de gente a la que ni siquiera le importa el mañana. Pero por otro lado, no podía dejar de tener la impresión de estar ante un alegato del llamamiento a filas y recelo ante el enemigo de fuera.

El clásico de los clásicos. La voz de alarma contra la siempre temida segunda oleada que provoque la caída de Roma. Da igual que históricamente sean más los imperios que se han venido abajo por la decadencia interna que por los lobos que acechan sus frontera: Tenemos tan grabado ese temor en los adentros, que basta gritar “¡Invasión!” para ponernos en estado de alarma ante el extranjero que llega para robarnos el trabajo, dinamitar nuestra forma de vida y ultrajar a nuestros hogares y familia. Y aunque sería de necios ignorar que estamos en un constante estado de guerra en el que la perpetuación de nuestros ideas liberales no surge de la inercia -sino que depende integramente de lo que seamos capaces de luchar por ellos-, que el miedo desesperado nos empuje a relegarnos a ser alambre de espino en defensa de los causantes originales del problema se me antoja una postura mediocre propia de gente mediocre.

Sobre política de defensa

Que cada uno valore ya con su conciencia la necesidad de aferrarse al clavo ardiendo o el pensar que tras miles de años de civilización deberíamos aspirar a más. Aquí podéis encontrar el texto de Pérez Reverte para que cada uno extraiga sus conclusiones como todo buen artículo de opinión que se salga del terreno de lo cómodo. El caso es que -casualidades de la vida- el escrito llegó a mis manos poco antes de leer el cuarto número de 'Prez' de Mark Russell. Con Dominike 'Domo' Stanton acompañándole a los lápices, la feroz sátira de la política estadounidense publicada por DC Comics continua arrasando todo a su paso, entre referencias a guerras entre redes sociales con millones de muertos de por medio o internamientos vitalicios en Guantánamo para los terroristas informativos que manchen la imagen del estado dando noticia sobre sus víctimas colaterales.

La fuerza en las armas

Pero lo que verdaderamente tiene relevancia en lo que a este tema respecta, es la discusión respecto al presupuesto armamentístico de la nación que tiene lugar entre el Senador Thorn y el Secretario del Estado de ideales alternativos. Con el primero proclamando la necesidad de un líder fuerte y una inversión generosa en defensa para dar seguridad a la nación y mantener a los enemigos a raya, es el segundo quien compara la continua escalada bélica como una espiral sin fin. Una en la que la única consecuencia relevante de la I Guerra Mundial fue plantar las semillas de la hegemonía nazi en Alemania, la creación de la bomba atómica en la II Guerra Mundial y la aparición del ISIS en lo que atañe a la invasión de Iraq.

La danza de las hormigas

Tras esto, el Secretario del Estado expone como la humanidad nunca se ha sentido cómoda en lo alto de la cadena alimenticia, y la necesidad histórica de crear un depredador alfa con el que matarnos entre nosotros desde que dejamos de temer al tigre que merodeaba la caverna. La cuestión entre las diferentes visiones expuestas por 'Prez' y Arturo Pérez Reverte, es si ese miedo es el que nos empuja a luchar y nos mantiene fuertes como se transmite de la arenga del autor de 'Territorio Comanche' o por el contrario los que nos mata lenta y progresivamente impidiéndonos prosperar como especie.

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